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El Barça recupera los terrenos de Can Rigalt con una depreciación de 29 millones

El club ha ejecutado el laudo arbitral, que le obliga a pagar 47 millones de euros, y tasa los terrenos en sólo 8,44 millones de euros. La operación es heredada de la junta de Joan Laporta.

Marc Menchén

24 oct 2017 - 04:57

El Barça recupera los terrenos de Can Rigalt con una depreciación de 29 millones

 

 

Las operaciones inmobiliarias no han sido un fuerte en la historia del FC Barcelona. El club ha acabado de recoger en su balance los costes de la operación de Can Rigalt, unos terrenos ubicados en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) que supusieron en su día un pequeño pelotazo inmobiliario que ha acabado siendo un gol en contra. En un año, ha tenido que pagar 47 millones y recoger una depreciación del activo en su balance por 29 millones de euros.

 

La operación fue firmada durante el segundo año de mandato de Joan Laporta, en 2005, por la que La Llave de Oro abonaba 35,4 millones de euros por un 30% del total de metros cuadrados edificables de que disponía el club entre las cuatro fincas. Sin embargo, el acuerdo establecía ciertas cláusulas de salida, como el hecho de que no se obtuvieran los permisos definitivos de reparcelación para poder construir pisos.

 

Un primer laudo arbitral fijó que el 30 de julio de 2014 era la fecha límite para que el Barça cumpliera con sus compromisos de conseguir que el Ayuntamiento de L’Hospitalet y el resto de actores implicados facilitaran la tramitación urbanística para que la compañía pudiera desarrollar allí el proyecto de viviendas previsto. Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria dejó en el dique seco la operación y el grupo solicitó un nuevo laudo arbitral para resolver la operación.

 

 

 

 

El falló llegó el pasado verano, cuando el Tribunal Arbitral de Barcelona corroboró que, transcurridos diez años, no se habían cumplido los requisitos pactados en el contrato de compraventa. Por ello, obligaba a la entidad deportiva a devolver los 35,4 millones de euros que había cobrado por los terrenos, así como unos intereses legales de 11,6 millones. La entidad trató de negociar una quita, aunque en la memoria anual confirma que finalmente ha realizado los pagos establecidos en el laudo.

 

Por el contrario, y ante la actual situación del mercado de la vivienda, y en especial en este municipio a las afueras de Barcelona, los terrenos se han dado de alta en el balance blaugrana con un valor de sólo 8,44 millones de euros. Según la junta directiva es “una valoración razonable establecida por un experto independiente”, y supone una fuerte corrección respecto a su valor anterior.

 

A nivel contable, en las cuentas de 2016-2017 el impacto ha sido neutro, ya que las pérdidas generadas por la rebaja del valor del activo se han compensado por la reversión de las provisiones que se habían realizado. Además, el año pasado ya se contabilizaron como gastos financieros los 11,6 millones de la indemnización por intereses de demora. Ahora, está por ver en qué momento el club podrá deshacerse de estos terrenos, pues no se ha producido ningún avance en la transformación urbanística de esta zona, situada a sólo dos kilómetros del Camp Nou.

 

 

 

 

No es el único lastre inmobiliario para el Barça, que ha tenido que realizar una depreciación adicional de 1,13 millones en la tasación de los terrenos de Viladecans, que en la temporada 2007-2008 fueron adquiridos por la junta de Joan Laporta para construir un parque temático. Uno de tantos proyectos surgidos en el fútbol español al calor de la burbuja inmobiliaria y que las siguientes juntas directivas descartaron desde un inicio.

 

El precio de compra fue de 18,74 millones, pero hoy su valor ya es de apenas 3,07 millones de euros, ante la constatación de que las normativas medioambientales impiden desarrollar allí cualquier tipo de actividad deportiva, ocio o entretenimiento. Es más, incluso se da casi por imposible ponerla en el mercado.

 

La entidad presidida por Josep Maria Bartomeu cerró la última temporada con unos ingresos de 708 millones de euros, que en 2017-2018 se dispararán hasta los 897 millones por el efecto de la salida de Neymar. Pese a la fuerte mejora de la facturación, el beneficio neto apenas variará, de 18 millones a 21 millones de euros.